LA INOCENCIA DE UN NIÑO

  CRÓNICA

Sergio Marcelo Blanco Sanchez

11 00 de la mañana del martes 25 de abril y en la plaza principal 14 de septiembre, el pequeño Lucas a menos de un mes para cumplir 2 años, visita por primera vez la plaza y se sorprende por ver a las palomas.

Vestido con un bodi blanco con líneas negras con su buzo azul, zapatos cafés y con un sombrero de color gris, para el sol que a esa hora es muy fuerte.

Cómo se caracterizan los niños por su inocencia él va detrás de las palomas y ve a los demás niños, algo mayores comparando con Lucas, se les acerca y juntos persiguen a las palomas, la mayoría de ellas de color azul grisáceo con dos bandas negras en las alas y los pies mutilados, en menor cantidad había de color blanco y cafés, pero había una que llamaba la atención de Lucas, una blanca con manchas cafés va a su atrás corriendo con las manos levantadas y tambaleándose más de una vez poder alcanzarlas y agarrarlas.

En su rostro reflejaba alegría de lo que el futbol es a los hombres lo que jugar es a los niños, al ver la fuente de Tres Gracias en la plaza que se compone de tres figuras femeninas unidas por la espalda y cogidas de la mano, representando a tres deidades de la mitología griega, Áglae diosa de la belleza y el esplendor, Talía del teatro, de las celebraciones festivas; Eufrosina representa el júbilo, la alegría y el hechizo. Todas ellas con los rostros placenteros trasmiten el mensaje de bienestar y prosperidad deseada para la humanidad que las evoca, motivo por el que desde la época griega hasta el presente, se utiliza este conjunto alegórico como tema de innumerables manifestaciones pictóricas y escultóricas., en las de arriba se encontraban las palomas más miedosas, Lucas le pide a su padre para poder subir, pero debido a la reprimenda de su padre accede a no volverlo a intentar, que anima a su padre a sacar su teléfono móvil y empieza a grabar todo lo que su pequeño hijo hace. Lucas se acerca y le pedí el teléfono a su padre, pero él se lo niega para que su pequeño siga jugando con las palomas.

Lucas no pierde tiempo y al ver que los demás niños tienen en sus manos comida para las palomas, los vendedores llaman a Lucas y le dicen

—Ven pequeño, toma esta comida para las palomas.

—Gracias. De forma tímida.

 Lucas no duda en pedirle a su padre que compre comida para las palomas, a lo que el accede al principio no accede, pero luego por tanta insistencia se acerca a comprar.

Es en ese momento que, al alimentar a las palomas, las aves vienen y lo rodean, el con cara de sorprendido, pero con la sonrisa que en ningún momento se le perdió. Y los adultos mayores al verlo, les da cierta ternura y se ponen a hablar de cuando sacaban a sus hijos a jugar, en ese momento Lucas se acerca y como todo adulto le dan un dulce y felicitan al padre por tener un hijo tan bello y tranquilo a lo que el responde con un gracias.

Para seguir con las travesuras Lucas, ve que los trabajadores de la alcaldía están regando las plantas como lluvia del cielo en la plaza principal y el infante corre como si no hubiera un mañana, se moja las manos y empieza a correr salpicando con las manos con el fin de que su padre no lo alcance.

Los fotógrafos del lugar no dudan en acercarse para convencer al padre con guardar este recuerdo con una foto, a lo que el padre no accede y continúan dando de comer a las palomas.

El progenitor el fija el reloj y ya marca las 11 30 de la mañana y se da cuenta que ya es va a ser el mediodía y que ya es momento de irse, agarra de la mano a su pequeño hijo y se lo lleva, el pequeño Lucas al ver eso empieza a correr sin rumbo alguno y piensa en entrar hacía la catedral, pero es alcanzado por su papá el cual le promete volver luego y el accede, pero como todo niño pequeño es curioso, se acerca a un hombre el cual está tocando su guitarra eléctrica para ganar unas cuantas monedas y el pequeño Lucas se acerca con la intención de levantar sus monedas a lo que el padre responde llevándolo de la mano para ir a comer y se van caminando hacía el juzgado en donde toman un taxi y se van con rumbo hacía en norte de la ciudad.


Sergio M. Blanco S.

Periodista y estudiante universitario.

sergio.blanco.7946803@gmail.com

 


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